Adieu Bohème: El anhelo de la pertenencia


Por Cristina Piña Soto (Twitter: @CrisPSoto)

Pasado el mes donde el materialismo atraviesa nuestra concepción del amor, pensé en ver nuevamente la historia que hace un año me atrapó: Adieu Bohème, cortometraje francés dirigido por Jeanne Frenkel y Cosme Castro en el 2017, actualmente disponible en YouTube, de forma gratuita y subtitulada al español.

Un breve encuentro entre las rupturas, las despedidas y los duelos, acompañados de decisiones que reviven los recuerdos forjados con el paso del tiempo y el dolor que desprende considerar soltarlos o soltar la vida con una persona.

Comencemos con una pregunta que resulta importante tanto para esta travesía, como para el aprendizaje en la vida misma: “¿Cómo curar el corazón roto que deja una partida?”. En una ciudad donde es posible encontrar una respuesta casi inmediata a esta incógnita, encontraremos una clínica que en sus servicios ofrece la cura ante los malestares que genera el terminar una relación, ofreciendo soluciones que formen un acto con la intención de glorificar lo que se vivió, y retirar la acidez del tener que decidir marcharse.

Con dramatizaciones se construirá lo que podría ser un rompimiento amoroso, según la elección de dos personas capaces de coordinar una ficción sacada del mismo cine o de los dramas que adornan nuestras fantasías románticas. Estos sets jugarán con atmósferas, reflectores, actores y el dolor colectivo de quienes están por apartarse, siendo testigos uno del otro en sus historias del “adiós”, con la idea de encarnarse en la piel de un mero personaje que absorberá todo lo que se podría percibir al enfrentar sus realidades convergiendo en una separación.


Partiendo de esto, conoceremos a nuestro protagonista Thibaut (Thibaut Evrard), un sujeto que seguiremos con el lente para verle acudir al consultorio y transitar en el estudio que está debajo. También escucharemos una música que estará presente desde el ingreso de Thibaut a dicho lugar, se irá transformando con los personajes a su alrededor y la melancolía que crece conforme la realización del propósito que él tiene, el cual, parece ser algo distinto a lo que ofrece este servicio. Tendrá la intención de unirse a su amada en la última memoria que guarda de ella, usando como referencia un mensaje de voz, donde le dejó la promesa de encontrarse más tarde en la misma noche de su pérdida, y una foto que encapsula una de sus más bellas anécdotas.

Después de acordar su escena, veremos acercarse a su compañera intérprete de este encuentro: Sarah (Lucie Digout), quien preguntará sobre lo que vivió con su pareja. En este diálogo nos zambulliremos en una breve, pero inmensa remembranza que lentamente transformarán ese espacio y esa compañía en un intento desesperado por revivir lo que un día tuvo hasta perderlo; recorreremos junto a él la dificultad de depositar a esa persona en la ilusión que el mismo está eligiendo construir, hasta verle situado en la misma posición en la que estamos nosotros: siendo únicamente un espectador de su vida.


Este cortometraje nos convierte en partícipes de historias desprendidas de realidades que prefieren cubrirse por el manto de otras figuras, recreando esa belleza que encontramos en las mismas historias que el cine suele regalar. Así mismo, se visibilizarán las promesas que el mercado otorga hacia nuestro bienestar y el cuidado de las emociones, por medio de soluciones inmediatas que demandan la apropiación de, tanto lo que sentimos como los duelos que vivimos; por esto, resulta interesante ver a una persona que aún quiere encontrarse con una autenticidad que experimentó en algún punto, ahora aunada a una ficción que le permita volver a sentirse parte de otra persona.

Sentimos la nostalgia que trae el revisionar nuestras vivencias, el sumergirnos en la añoranza que cargan los recuerdos, en lo que construimos y lo que compartimos, y lo que implica afrontar esa tormentosa idea de no poder volver, para tener que situarse repentinamente en el presente. Enfrentamos el deseo de regresar a la vida que tuvimos con alguien, elegimos el momento en que es necesario partir y despedirse, y peleamos con el impulso de querer quedarse cuando ya no hay más por compartir.

Percibimos todo esto a través de un cine dentro de otro cine, presentado como un abrigo capaz de guardarnos de la penumbra que envuelve la renuncia a una pertenencia.



“Harvest moon. La oías constantemente. Bailabas y fingías tocar la armónica. Neil Young.”
Título original: Adieu Bohème
Año: 2017
Duración: 26 min
Dirección y guion: Cosme Castro, Jeanne Frenkel
País: Francia
Música: Flavien Berger, Lou Rotzinger
Reparto: Thibaut Evrard, Lucie Digout, Richard Sammel, Pascal Rénéric, Fanny Santer, Louis Arène
Fotografía: Balthazar Lab

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